La más grande expresión del amor es el dar. Dios dio a su hijo Jesucristo por nosotros. Jesucristo dio su vida para que nosotros tuviéramos vida. La forma de expresar el amor es el dar. Dar sin condiciones, sin esperar nada a cambio, sin exigencias, sin reproches. Simplemente dar por el placer de dar, porque al dar estamos generando una acción positiva que produce placer en el que recibe y en nosotros, y además estamos generando una actitud y una conducta correcta. El mensaje que transmitimos cuando damos de esta manera, es que la otra persona es tan importante para nosotros que hacemos un sacrificio, el de nuestro egoísmo, el de nuestra autocomplacencia. Al final el ganador es la persona que da, porque Dios lo estableció así, “más bienaventurado es dar que recibir”. El placer o el gozo de dar se revierte, porque de lo que damos recibimos, no por lo que haga el otro, sino por el mismo acto de dar, porque “dad y se os dará”…. ¿Quién dijo esto?, Dios, es su promesa, es su ley, son sus principios.
Entender todas estas verdades desde nuestra mente aferrada a lo material y estructurada con principios equivocados, posiblemente sea difícil. Es necesario pues, crecer en nuestro espíritu, activar nuestra relación con Dios, porque solo EL tiene la potestad de entregar su conocimiento y su sabiduría a aquellos que de corazón le buscan y le aman. Es Dios quien nos puede dar la capacidad de amar
Toda esta reflexión nos debe llevar a buscar a Dios como la fuente de la vida, y debemos entender que de EL nos llega todo, lo bueno y lo malo, dependiendo de nuestras decisiones
“BUSCADME Y VIVIREIS”
“Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella”
Deuteronomio 30: 15-16
La conclusión del hombre más sabio que ha tenido la humanidad, el Rey Salomón, nos sirve para cerrar esta serie de MENTIRAS Y VERDADES DEL MATRIMONIO
“El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre”
Salomón en el libro de Eclesiastés 12:13
Nota: El temor de Dios es aborrecer el mal. Proverbios 8:13
Amigos, desde lo más profundo de mi corazón deseo que lo escrito les sirva para reflexionar en muchas áreas de la vida, y en especial en el área de las relaciones matrimoniales. El matrimonio es un espacio de transformación y de crecimiento espiritual, es la iglesia más importante. Es aquí donde tenemos la oportunidad de desarrollar el verdadero carácter espiritual, el cual contiene nueve características: AMOR, GOZO, PAZ, FE, PACIENCIA, BONDAD, BENIGNIDAD, MANSEDUMBRE, TEMPLANZA. Dios los bendiga grandemente
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