CLAVE No 11 TIEMPO DE PAREJA
Para una buena marcha de las relaciones, es importante definir el nivel de prioridades en la vida del ser humano, y en la vida de las personas que han contraído matrimonio o están viviendo en unión libre
1. Dios debe ocupar el primer lugar, pues El es amo y señor de la vida
2. Yo y mi cónyuge. Despues de Dios la persona más importante debe ser uno mismo y su cónyuge, pues somos “UNA SOLA CARNE”. Es decir que del bienestar propio y el de su pareja, dependerá el bienestar general
3. Los hijos. Nunca los hijos deben desplazar de nivel a la pareja. Este es un error frecuente en un gran porcentaje de matrimonios
4. Los padres de cada cual
5. El resto de personas
Es muy frecuente que en la vida de los seres humanos Dios no aparece como alguien importante, y este es el primer gran error que podemos cometer. El segundo error es desplazar al cónyuge por el trabajo, los hobbies o los amigos. Este error significará la pérdida de bienestar en el hogar. Otro gran error es que cuando llegan los hijos, estos desplazan al esposo a la esposa en el orden de importancia
Tener tiempo de pareja es fundamental para una buena relación matrimonial. Destinar tiempo para conversar, para analizar los diferentes problemas y situaciones, para divertirse, para intimar. No hacerlo es fatal. La persona cuando no se le dedica la debida atención e interés, se va a sentir desplazada y menospreciada. Sentirá que no es importante para su cónyuge y esto será seguido de una sensación de abandono que produce tristeza y puede terminar en una depresión profunda
El bienestar de mi pareja incidirá directamente en mi propio bienestar, por lo tanto debemos dedicarle el esfuerzo y sacrificio que sean necesarios para que la otra persona esté bien. El hecho de “ser una sola carne” significa que lo que le duela a él(ella) me dolerá a mí y viceversa
“Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer a si mismo se ama”
Esta es una recomendación que debemos tener bien en cuenta para poder lograr el bienestar en pareja. No son recomendaciones humanas. Son recomendaciones de Dios mismo