CLAVE No 10 INTIMIDAD ESPIRITUAL
Siendo como somos seres espirituales, el desarrollo adecuado de nuestra área espiritual es demasiado importante para el bienestar individual y familiar
El área espiritual tiene que ver con el carácter. Es el núcleo, la estructura del ser humano. Tenemos que dar el salto de vivir por emociones a vivir por convicciones y la única forma de hacerlo es creciendo espiritualmente, pues el carácter es formado por los principios espirituales. Mientras más fortalecido y estructurado tengamos nuestro carácter, tendremos una vida más plena y unas relaciones más placenteras
En primer lugar debemos desarrollar nuestra relación con Dios. Tener tiempos de conocimiento de su palabra y tener tiempos de comunión con El. Es la relación que debe tener un hijo con su padre. El es nuestro guía, nuestro proveedor de todo. De Él viene el conocimiento, la sabiduría y la inteligencia. El tiene grandes promesas para nosotros. Si oramos, si buscamos su rostro, si nos arrepentimos de nuestros caminos, El promete que nos oirá, que nos perdonará y que sanará nuestra tierra, es decir nos ayudará a solucionar todos nuestros problemas
Nuestros padres tenían una frase que decía “Familia que ora unida, permanece unida”. La oración en pareja une los espíritus, los acerca. Si Dios dice que “ya no somos dos sino una sola carne”, eso implica unidad. La pareja debe unirse desde la oración. Pedirle a Dios por la unidad, por los problemas, por los faltantes, por aquellas cosas en las que no tenemos respuestas. Siendo para Dios la familia, la empresa más importante, el se goza cuando una pareja unida le busca, siempre habrá una respuesta para ellos. La unidad es muy importante. Eso denota identidad, compañerismo, trabajo en equipo, crecimiento. “Un reino dividido no prosperará”, una familia en la cual cada uno anda por su lado, no permanecerá
El desarrollo espiritual es la base para formar el carácter. Un carácter basado en principios, en convicciones, en verdades. El matrimonio tiene el carácter de indisoluble y para poder lograr esa meta, debemos crecer individualmente. Solo de rodillas ante Dios podemos tener la fuerza para permanecer de pie ante los problemas cotidianos de la vida.
Una buena espiritualidad es la base de una buena sexualidad, de un buen compañerismo, de un buen equilibrio económico, de una buena salud, del bienestar integral de las personas. Aprender a relacionarnos verticalmente (con Dios) nos permitirá desarrollarnos horizontalmente (con los demás) de una manera exitosa
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