CADA FAMILIA QUE SE SEPARA, ES UN PEDAZO DE PAIS QUE SE DESTRUYE

" LA FORTALEZA DE UNA NACION DEPENDE DE LA ESTABILIDAD DE SUS FAMILIAS"

domingo, 30 de enero de 2011

MENTIRAS Y VERDADES DEL MATRIMONIO (2)

"CADA FAMILIA QUE SE SEPARA ES UN PEDAZO DE PAIS QUE SE DESTRUYE"


“Solo hay un bien, el conocimiento. Solo hay un mal, la ignorancia”. Esta frase escrita en alguna cartelera del algún edificio, hace un planteamiento bastante interesante y que nos permite entender más a fondo aquella dicha por Jesucristo hace 2.010 años. “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”
Para poder entender las verdaderas razones por las cuales Dios instauró el matrimonio “para toda la vida”, tenemos que despojarnos de muchos razonamientos propios y egoístas, y de muchos otros que la cultura nos ha impuesto. En primer lugar  debemos entender la vida y el propósito que el matrimonio cumple dentro de ella, desde la perspectiva de Dios, y no desde la nuestra. Debemos entender que nuestra prioridad es aprender a amar, en primer lugar a Dios y en segundo lugar a nuestro prójimo, y de todos los prójimos, el más importante debe ser nuestro cónyuge. Debemos entender que lo más fundamental es CRECER en nuestro ESPIRITU, en nuestro CARÁCTER, aproximándonos poco a poco al carácter de nuestro creador. Al fin de cuentas fuimos hechos a “su imagen y semejanza”
No existe otra relación tan profunda como la relación de pareja dentro del matrimonio. Somos dos personas completamente diferentes que debemos aprender a complementarnos en lo físico, en lo emocional, en lo mental, en lo espiritual. Para que esto se pueda lograr y poder llegar a tener una relación de pareja exitosa, debemos matar en nosotros el principal enemigo que tiene el amor: EL EGOÍSMO
Aprender a morir a sí mismo, a renunciar a nuestra propia satisfacción para brindarle satisfacción al otro, a reconocer que tenemos errores y defectos, a ser humildes y pedir perdón cuando nos equivocamos, eso no es fácil, no está en nuestra naturaleza egoísta, la cual  busca en primer lugar su propia satisfacción y realización a costa de lo que sea. En alguna medida somos orgullosos, altivos, prepotentes, egoístas, individualistas. El crecimiento comienza en ser humildes y reconocer que somos imperfectos y que tenemos que cambiar. Tenemos que aprender a mirar hacia nuestro interior y buscar allí las causas de nuestros problemas. Si las buscamos afuera, será un grave error
Nuestro gran problema es que ignoramos que ese proceso de cambio se da principalmente en el matrimonio. Nuestro cónyuge es la persona que más nos muestra nuestros defectos, y generalmente en aquellos aspectos en los que tenemos falencias la otra persona muestra fortalezas, lo que agudiza más el conflicto. Las diferencias en la pareja son supremamente importantes en el proceso de crecimiento. A mayores diferencias, mayor crecimiento. Amar a aquellos con los que no tenemos problemas es muy fácil. Jesucristo lo dijo “amen a sus enemigos”, y me atrevo a decir que de alguna manera nuestro cónyuge se convierte en nuestro principal “enemigo”, una persona a la que nos cuesta amar porque es la que más nos exige, la que más nos critica, la que más nos ofende, la que más nos reprocha, pero que si entendemos el proceso y lo sabemos hacer, será la que más nos ayude.
Seguiremos profundizando en este tema. Espere MENTIRAS Y VERDADES DEL MATRIMONO (3)

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