CLAVE No 15 EL CARÁCTER DE LA ESPOSA
“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor”. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo”
Sujeción no significa sometimiento. La sujeción quiere decir reconocimiento de una autoridad frente a la cual debe haber una posición de respeto por ser la cabeza visible y responsable de una organización. El hombre es el responsable ante Dios de su casa y de todo lo que le ha sido entregado, incluyendo su esposa y sus hijos
Entre esposo y esposa deben existir acuerdos en todas las cosas aún en las más pequeñas. Un hombre amoroso sabrá respetar a su esposa y tenerla en cuenta aún en los asuntos más pequeños. Cuando el esposo tiene el carácter que describimos en la clave anterior, es fácil y aconsejable que la mujer sea esa esposa sujeta, porque le dará descanso y tranquilidad el saber que tiene en su esposo un hombre con autoridad moral y espiritual para ejercer su función. En caso de que esas no sean las condiciones de su esposo, ella debe ayudarle e impulsarlo a que desarrolle su rol de hombre y esposo de la manera adecuada
Es un error que la esposa asuma el rol del esposo, y que en vista de su mayor integridad y orden ejerza la función de autoridad en el hogar. Este será un hogar disfuncional en el cual los hijos crecerán con una imagen distorsionada de roles masculinos y femeninos
Uno de los graves problemas actualmente es la inversión de roles en el matrimonio. Recordemos que Dios es un Dios de orden y que fue El mismo quién estableció las cosas para que funcionaran perfectamente
Dice el proverbio: “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa a la de las piedras preciosas. El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal todos los días de su vida”
Esposa, conviértete en una mujer virtuosa y Dios te bendecirá, y bendecirá toda tu casa. Dios le ha dado a la mujer esa capacidad de perdonar, de aguantar, de sufrir, simple y llanamente por que le dio un corazón lleno de amor, un amor que “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta, un amor que no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor”
El desafío es grande, pero se puede lograr si tenemos una adecuada relación con Dios y si tenemos un crecimiento espiritual genuino y continuado. Mujer, tu puedes lograrlo, y ayudarle a tu esposo a ser un buen esposo
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